La gente habla sin saber lo que realmente pasa por nuestras mentes, habla para hacer daño, habla porqué no tienen nada que hacer...
No tienen lo que nosotros...

Te diría una mentira si dijera que no somos diferentes, pero es un hecho que salta a la vista, pero, ¿y qué?
¿Te importa a ti?
¿Me importa a mi?
La respuesta a esas preguntas es No.

Cada noche que paso a tu lado una lágrima resbala por mi mejilla, pero no por querer estar en otro sitio, si no porque se en que en cualquier momento tendremos que separarnos y eso me agrieta el alma...
Cada abrazo tuyo me reconforta cada vez más, cada beso que me das me da más vida, cada caricia me hace sentir viva...

Dicen que nuestro amor es un capricho, que es un sin sentido, que no es verdadero y que esta corrompido...
En cuanto en realidad nuestro amor tendría que ser un ejemplo para todos, es un amor ejemplar, un amor sin odios, ni venganzas, un amor rojo pasión en vez de ser verde como los celos...

Si tu no te cansas de mi, yo no me cansaré de amarte
Nuestro amor es incondicional,
Nuestro amor es arte. 

El techo, es blanco. Bueno a lo mejor ha salido una humedad, pero no se de cuando será... Ahora que lo pienso puede que la semana pasada pensase lo mismo...

Las correas de cuero aprietan mi piel blanca por todo el tiempo que llevo aquí encerrada, lo más seguro es que mi aspecto sea horrible, el brillo de mis cabellos se habrá apagado y mis ojos deben estar rojos, pues aquí dentro no soy consciente del tiempo, no se cuando es de día ni de noche, no se si duermo o simplemente me parece dormir.... 

Muevo los dedos de las manos y noto como la sangre corre por ellas, es el único momento en el que me acuerdo de que estoy viva, aunque espere la muerte con la misma ansiedad que un demente de este sitio, se entretiene con una luz parpadeante.

Oigo unos pasos que se detienen delante de mi puerta, la llave rueda, el chirrido de esta misma, esos mismos pasos se acercan a mi cama y unas manos frías, grandes y con olor agrio, acaricia mi pelo susurrando palabras deplorables.

No quiero saber nada, así que cierro los ojos y espero que pase pronto, pues me voy a mi propio mundo... Un mundo donde los animales hablan, los gusanos fuman y los sombrereros toman té mientras celebran el no cumpleaños...

Hola, mi nombre es Alicia... 
... y este es mi mundo...

Entre cuatro paredes me encuentro acostada en mi lecho de algodón pensando en todas las cosas que hay y las que tienen que venir...

Miró hacia arriba añorando momentos que nunca volverán, perdiendo la esperanza a cada segundo que pasa, haciéndose cada vez más borrosos todos los recuerdos de todas esas vidas realizadas y destrozadas, no pensé que se volvería en mi contra...

Con el bolígrafo en la mano escribo lo que serán mis últimas líneas, pues poca sangre me queda ya, la oscuridad me envuelve cada vez más cerca y una lágrima resbala por mi pálida y suave mejilla, no espero que se me perdone, pues lo hecho, hecho está...

Solo hay una forma de redimirme y es entrar en su mundo, sufrir lo que todos ellos están sufriendo, desde aquí no puedo salvarlos...

Los quiero... 
... a todos ellos... 

El aire mece la hierba entre sus brisas mientras mis pies desnudos acarician el suelo a cada paso que doy, veo el límite de la tierra, estoy atrapada en la oscuridad del cielo azul iluminada por las estrellas y la luz de la Luna que se refleja en mis ojos.
La miro directamente, es una luz cegadora, pero es hipnótica....

De pronto oigo unos pasos, miro mis pies para cerciorarme de que no son los míos, entonces alzo la vista hacia el fin del mundo y ahí estas tu, con tus ojos clavados en mí, advirtiendo que no llevo nada debajo del vestido medio transparente de color plata por la luz de la Luna.

Creo que es un sueño, hace un momento estaba sola en medio de la nada y ahora...

Te acercas y me coges la mano, me estremezco al tacto de tu piel con la mía, una música empieza a sonar en nuestras cabezas y tú me acercas a ti. Pegada ahora a tu cuerpo soy capaz de sentir la calidez de tu piel, los latidos de los corazones se hacen uno y empezamos a bailar...

Ahora se que estamos en un sueño, pues no siento nervios, ni intranquilidad, una sensación de paz y placer inunda mi ser, es un sueño...

Pues que no me despierten. 

Oigo las gotas de lluvia como se estrellan contra el cristal de mi ventana, el día es gris, frío y sin un ápice de sol... Está lleno de vida.

Me froto las manos anhelando tu calor, pues aunque estoy dentro de casa, resguardada del frío, las manos las tengo heladas...

Miro al cielo y las nubes grises avanzan poco a poco. Sola en mi cuarto toco mi mejilla, cierro los ojos imaginándome que son tus frías manos las que me acarician. Caricias suaves, como si temieses que mi piel se rompiese, como si se tratase de la porcelana más frágil que nunca hayas tenido entre tus manos.

Puedes creerme o no, pero en estos momentos es cuando acudes a mi mente, tu rostro, tu sonrisa, tu mirada...

Todos esos recuerdos que no podría borrar aunque quisiera... 

La noche es oscura, la única luz que entra por la ventana es la de la Luna Llena, nuestros ojos se cruzan en la estancia y poco a poco nos acercamos el uno al otro, tímidamente, con una leve sonrisa en los labios...

Levantas una mano y rozas mi brazo, con cuidado, yo me estremezco, cierro los ojos para sentir mejor tus caricias...

Acerco mis labios a los tuyos y con cuidado sin tener muy claro que sea lo correcto te beso.
El primer beso es rápido, casi sin notar nada.
El segundo más largo e intenso...
Para luego fundirnos en un tercero más apasionado...
Tus caricias hacen que pierda en control y un leve gemido sale de mi boca cuando me pones contra la pared...

Sueño o realidad, eso no lo se...

Lo que si se es que la tranquilidad y mi sonrisa en esos momentos son reales y eso nadie ni nada lo va a cambiar...
Y aunque cambiase no pienses ni por un segundo que me dejarás de importar...

Junto a tu lápida y con desesperación cierro los ojos, dejo que las lágrimas recorran mi cara hasta llegar al suelo, el graznido de un cuervo hace que mis ojos ahora cubiertos por la pintura negra de ojos miren hacia el cielo, un cielo azul despejado, nada que ver con mis sentimientos, nada que ver con los nubarrones negros que hay en mi interior...

De nada sirve lamentarse ya, pues ahora no estás, te has ido de mi lado dejándome sola en este mundo que solo tu mirada hacia que valiese la pena levantarse por las mañanas, solo tu dulce voz hacia soportable el día a día...

Golpeo con el puño cerrado la húmeda tierra de alrededor de tu lápida, y como por arte de magia empiezo a sentirte, tu presencia dentro de mi no se irá jamás, pero entonces tu dulce voz, ahora como un susurro me dice que no me preocupe que estás bien y que siempre velarás por mi, que no te vas a ningún sitio...

Que me vas a esperar... 

Nuestras mirada se cruzan, expresando muy poco de lo que arde en nuestro interior, una tímida sonrisa, una caricia casual, esa sensación de estar cada vez más lejos, aunque estés sentado a mi lado...

Cada día nos carcome por dentro la oscuridad en la que nos sumergen nuestros propios pensamientos, las sonrisas que nos sacan los recuerdos, esa añoranza que creemos sentir cada vez que nos decimos un adiós...

Mi cuerpo dice quiero, pero mi alma tiene miedo... ¿a qué?
A todo y a nada.

En mis labios puedes ver las palabras que quiero que oigas, las palabras que deben existir, las que son y siempre serán...
Pero si ves mis ojos dicen lo que realmente siento, los sentimientos que nunca afloran, los pensamientos que tengo a diario, lo que nunca debería ser oído...

Nuestros pensamientos estarán entre el bien y el mal, aunque todo es relativo, pero yo esas caricias que me estremecen aun siendo inexistentes no las cambio por nada...

Miedo a no hacer lo correcto, a estropearlo todo, el miedo es un sentimiento que te hace dudar, que te hace ser alguien que no eres, a no pensar con claridad...

Tristeza, es lo que siento al ver que tus palabras se apagan, como si perdieras la esperanza, como si ya no tuvieses ganas de nada...

Rabia, por ser como soy, por no poderlo dar todo, por tener la cabeza llena de contradicciones, que no hacen bien alguno a nadie...

Tranquilidad, es lo que siento a tu lado, cuando solo estamos los dos, me tranquiliza tu sola presencia, y me animan a seguir adelante...

Alegría, es lo que siento cuando me miras y no se lo que piensas, cuando me regalas una de tus sonrisas...

Un gesto vale más que mil palabras, al menos eso se dice...
Pero no siempre es así... no, pues, si las palabras que dices te salen de lo más profundo de tu interior...

Sueños imposibles de realizar...
Soñando con tus caricias, con tus besos, te siento tan cerca y a la vez tan lejos que no se como voy a poder soportar esta tortura...

A veces lo más fácil es seguir los impulsos, dejar atrás todo pensamiento que haga que te sientas mal, dejarte llevar por el momento, solo se vive una vez y si no haces algo que te apetece luego lo lamentarás toda tu vida...
Vive al límite, prueba todo lo que te de placer, todo lo que te dañe, todo lo que te haga reír, así en un futuro no pensarás en que hubiese pasado si hubieras realizado todas esas cosas que se te pasan por la cabeza...

Lo que realmente tienes que hacer es controlarte, hacer lo único que sabes que es seguro, lo que no te va a dañar, lo que no te haga reír, porque esa sonrisa puede llevarte a algo más, que luego puede conllevar a un gran arrepentimiento...
Vive en un entorno saludable, en un entorno en que lo más peligroso sea lavarte los dientes, así cuando en un futuro pienses en tu vida, dirás que vida más lúgubremente normal he tenido... me conformo...

Esta es la contraposición a la que se enfrentan a diario millones de humanos al día...

Con lo fácil que es mandarlo todo a pasear por el alegre y oscuro inframundo.

Ángel sin alas que bailas por todos los rincones de la tierra buscando tu lugar en este lúgubre mundo de desdicha y desolación.
Hace mucho te arrancaron las alas, pero no te importo, tu respuesta fue que aun tenías las alas y podías bailar, mientras eso funcionase no te importaba nada más...

Lejos de tu casa miras a tu alrededor, no te encuentras, todo es oscuro y devastador, poco a poco se va desvaneciendo en tu interior esa alegría que te sostenía, esa alegría que te permitía bailar sin parar, aunque tus alas no tuvieras...

Ahora son tus lágrimas las que bailan al son de una música que no suena, tus delgadas y finas piernas han parado de bailar, entumecida te preguntas si ha servido de algo seguir y seguir, pues la caída ha sido peor de lo que esperabas y temes no poder volver a levantarte...

Y yo digo, bailarina de trapo, muñequita de algodón, no desesperes y levántate, sigue bailando, sigue hacia delante, pase lo que pase se tu misma, que por más piedras que te encuentres en el camino, lo que realmente te devolverá la vida eres tu...

No estaba segura de lo que sentía...
Era la primera vez que pasaba, era una noche oscura y fría en la que me creía sola y abandonada, pero de repente y sin previo aviso una cálida mano me roza la espalda, me estremezco, pues es una mano suave, pequeña que llega hasta mi cuello y me gira con cuidado...

Una mujer de bello rostro me mira fijamente, me sonríe y no estoy segura pero mis labios parecen dibujar una linea curva devolviéndole así la sonrisa...

No he visto nunca en mi vida a esa mujer, pero me da tranquilidad y seguridad en mi misma, algo de lo que hasta ahora mi personalidad carecía...

Me da un pequeño beso, tímido diría yo, en la comisura izquierda de mis labios, y cogiéndome la mano me conduce hacía una gran cama con sábanas rojas y negras donde me tumba con cuidado echándose encima de mí...

Empieza a acariciar mi cuerpo, y cada caricia es un sentimiento nuevo, cada beso un pensamiento no pensado...
Me hundo en el placer que la bella desconocida me da, me dejo llevar sin pensar en nada más, luego ya pensaré en todo, en las explicaciones que deba dar o no...

 Ahora solo pensaré en mí y en esta dulce mujer...

Mundo de oscuridad donde solo puedo escuchar tu voz...
Escucho los susurros de los pájaros, las hojas que intentan guiarme por los otros sentidos ya que la vista nunca volverá a ver...

Pero no lloréis por mi, ahora puedo oír el el susurrar de la naturaleza, el tacto del viento contra mis delicados dedos que nunca volveré a ver...

Unos pasos tras de mí me dicen que no me preocupe que todo saldrá bien, que estoy a salvo y que aunque no sea capaz de ver a través de mis ojos, preciosos antaño, los otros sentido me servirán de guía para sobrevivir en este mundo...

Poder volver a correr a través del bosque, sin miedo a darme de bruces contra nada, observar de forma distinta la naturaleza, tocarla, comprenderla...
Ayudarla...

Pues ahora soy parte de ella.
Soy el viento que susurra a tu oído.
Soy las hojas que caen y las hojas que se mantienen firmes en el árbol.
Soy la lluvia que roza tu piel y recorre todo tu cuerpo.
Soy la tierra que pisas y tus pies cuida.
Soy Gaia. 

Canción encantada que hace que su cuerpo baile sin control.
Una vez la vió y ya no la volvió a dejar. Tal era su belleza que decidió componer una canción que solamente ella pudiese oír y así caer rendida a sus brazos hacía un mundo de tinieblas y oscuridad donde la única luz fuese ella.

Un vestido de seda más blanco que su piel era lo que llevaba puesto cuando se adentraron en la oscuridad, sus ojos verdes esmeralda parecía no decir nada y decir todo, mirando al infinito, anonadada por el cántico que solo llegaba a sus oídos.

Su pelo se confundía con la oscuridad, tan negro como el carbón, tan suave como el pelaje de un gato domesticado y tan salvaje como un león.

Una vez en lo más profundo dejó de sonar la música y ella despertó, miró a su alrededor y solo se encontraba él, asustado por su reacción, asustado por si huía, asustado por si la perdía....

Y fue entonces cuando esa misma mujer empezó a danzar a su alrededor entonando esa misma canción...
Era su propia voz la que había oído en toda la travesía...
Había sido a él al que había atrapado...
Encantado...

Los cielos anuncian tormenta, y las aguas se revuelven como si estuviesen en plena batalla, mientras los observo esperando llegar a mi destino, esperando volver a verte...

Te odio tanto por las cosas que hiciste que no puedo estar sin ti, dicen que del amor al odio hay un paso, ¿y si fuese al revés? Del odio al amor... menos que un paso he tenido que dar para darme cuenta de eso....

Barco a la deriva, con un rumbo en concreto, sin fecha de llegada a concretar, solo espero que me esperes. al final llegaré, te lo prometo, aunque por el camino haya mil y un naufragios, sobreviviré y volveré a sentirte, volveré a abrazarte, a sentir tus labios sobre mi piel... 

No me des por perdida, espérame...

Pues yo no dejaré de buscarte. 

Espero mi hora. Impasible. Sin mostrar ningún tipo de sentimiento, pues es lo que ellos esperan...
Verte llorar, gritar, suplicar por tu vida...

Una vida que aunque corta mucho mejor que la de ellos, pues después de la quema de brujas de hoy todos ellos desearán no haber nacido, maldigo ahora y por todos los dioses del inframundo que uno a uno caerán, por los siglos y los siglos, por siempre jamás, solo tormento y sufrimiento conocerán...

Y de nada les servirá porque mi alma oscura como el cuervo en la noche prevalecerá, pobres humanos mortales ilusos, creer que se desharían de mi...
De mi presencia...

La luna llena brilla en mi favor, es una noche que nadie olvidará jamás, pues todas ellas morirán, si, pero no en vano, pues es el sacrificio que le ofrezco a los dioses por mi eterna y joven alma.

Quemad, quemad tanto como gustéis, pero así no me asustaréis...
Quemad, Quemad todo mi ser, que mientras me quede mi magia oscura a nada le temeré...

Pérdida en medio de la nada, ya no me queda absolutamente ni un ápice de esperanza, moriré aquí en la sábana, rodeada de hierba muerta y animales que ni si quiera sabía que existían...

La última hoja de un árbol seco cae lentamente pasando por delante de mí, no recuerdo muy bien como eran las mariposas pero el efecto de esa hoja sería algo parecido.

La Luna y el Sol, ambos están observándome desde el cielo, un cielo amarillo, un cielo que parece cada vez más cerca, como si fuese a caer encima de mí, a engullirme hacia sus entrañas de extraños sucesos...

No se si es un pájaro, una hoja, o si existen las hadas, solo sé que es algo brillante, que parece indicarme que le siga...

Y solo un parpadeo desde que decido ir con esa cosa brillante que vuela, para que aparezca delante de mi una ventana a otro mundo, con más colores que ese amarillo pálido que se mezcla con el gris...

Pero me quedo observando.
No es algo que conozca, no se si será mejor o peor...
¿Qué hago? ¿Arriesgo?

La luz del día me ciega, así que busco refugio...

El único una casa abandonada, decorada con enredaderas mal cuidadas y musgo con vida propia, pero es la única manera de que la luz del sol no queme mis delicadas retinas...

Dentro todo esta oscuro, un regalo para mi vista, se va acostumbrando, hace mucho que nadie vive aquí. Todos los muebles están en su sitio, eso si una capa de polvo los cubre como el manto de un bebe lo abraza para que duerma feliz y sin pesadillas...

Una gélida ráfaga recorre mi cuerpo y hace que me detenga un poco antes de avanzar más, pues tengo una sensación extraña, una sensación vieja, una sensación familiar...

Mis pies van avanzando, caminando por las agrietadas baldosas del suelo, por las que las plantas crecen sin ningún fin.
Las escaleras crujen a mi paso, y la barandilla de madera medio rota no me atrevo a tocarla, pues me vuelve esa sensación, pero esta vez más intensa...

Hay muchas habitaciones, todas las puertas están cerradas y al final del pasillo hay un cuadro lleno de polvo, el cual no alcanzo a ver bien.
Me acercó a él con cuidado, pues la casa entera rechina como si intentase hablarme como si intentase advertirme...

Me armó del valor que me queda y limpio el cuadro con mi mano desnuda, quedando todo el polvo en mi mano y una mirada de terror en mis rostro...

Es un viejo retrato. De hace muchos años. Una joven sonríe, por aquel entonces no tenía problemas, todo era perfecto...

Esa joven de sonrisa vivaz soy yo...

Tristeza irremediable que causa tanto dolor inunda todo mi cuerpo sin ningún tipo de pavor...
Es como un veneno que ensucia mi sangre volviéndola de un color tan oscuro que ni siquiera una luz podría iluminar...
Grito desgarrador que llena toda la habitación donde me encuentro pero nadie oye, esta tristeza, esta soledad acabará volviéndome loca...
Preciosa y triste locura que vive en mi interior, es tarde para mirar atrás pero no para mirar adelante, este es mi nuevo yo y el mundo tendrá que aceptarlo...

Mi sangre se vuelve hielo y fuego al mismo tiempo, escalofríos recorren todo mi cuerpo intentando que me rinda, intentado que me de por vencida...

Jamás, es mi respuesta, pues aunque mi sangre y mi mente se vuelvan contra mí yo seguiré luchando....

Luchando por mi preciosa y triste locura. 

Muñequita encantada, que desea gustar a los demás.

Muñequita de porcelana que solo le importa su exterior. 

Tu rostro sin sentimientos se refleja en el espejo y los ojos inexpresivos buscan un atisbo de aquella alegría que una vez tuviste, una pizca de aquello que realmente importaba...

Ahora solo eres una marioneta que baila al son de unos pajaritos, una marioneta que poco a poco se va consumiendo, desgarrando por dentro, hasta que solo queda una fina capa de piel con todos esos huesos al descubierto que ni siquiera tu sabías que existían... 

Lloras, añorando aquellos tiempos en que eras una niña pequeña que jugaba en el jardín... 

Una niña pequeña que jugaba a ser Dios con los pajaritos en vez de que ellos la usaran como un objeto, como algo que no se puede herir... 

Pero esas lágrimas están vacías, al igual que todo el resto del cuerpo...

Actúan por ella...

Hablan por ella... 

Sonríen por ella... 

Piensan por ella... 

Puedes llorar todo lo que quieras si así sientes algo, pues una vez caes en las garras de esos pajaritos trajeados y de dulce sonrisa no hay vuelta atrás... 

El reflejo de la luna entra por la ventana y se refleja en mi cuerpo desnudo mientras tu con esos ojos eternos me analizas de arriba a bajo como si buscases alguna imperfección, como si buscases algo que no estuviese en su sitio, como si buscases que todo esto fuese un sueño...

Pero una sonrisa se dibuja en tu cara y te acercas a mí, me miras directamente a los ojos y posas tus labios sobre los míos, fundiendonos el uno en el otro, sitiendo mi corazón que cada vez va más acelerado, sintiéndolo por última vez...

Pues tus suaves besos bajan hasta el cuello donde notó un pequño pinchazo y como un extraño calor se apodera de mí al igual de ese hilo de roja sangre recorre todo mi cuerpo cayendo hacia abajo por fuerza de la gravedad...

Me pierdo en la belleza de la luna que se refleja en sus ojos mientras él me ofrece su secreto, su juventud eterna, la inmortalidad, su vitae...
La bebo sin importarme nada más...

Poco a poco mi corazón se tranquiliza, se calma, se para...

Por ser como soy me encuentro en esta encrucijada.
Por pensar como pienso estoy encerrada entre cuatro paredes construidas con fría piedra que intentan envenenarme con su soledad.

Solo me propuse repartir mis juegos y alegrías por el mundo...
Pero no lo entienden...
Este mundo sumido en la pobreza y una oscuridad donde nunca podrá salir necesita luz, por poca que sea...

Una sonrisa, Un abrazo, unas palabras...
Todo eso y mucho más bastaría para iluminar a una sola persona.

Pues no me rendiré, seguiré predicando mis creencias, seguiré repartiendo sonrisas por el mundo
No conseguirán encerrar mis alegrías y mis conocimientos...


Les haré sonreír...
Aunque sea permanentemente...

Siempre hay días en los que te sientes sin ganas de nada.

Días en los que preferirías no levantarte de la cama.

Días en los que te encerrarías en tu propia triste pero cálida oscuridad acompañada de su amiga la soledad...

Sientes que tienes el mundo sobre tu espalda y que en cualquier momento se va a quebrar en mil pedazos, como un puzzle imposible de recomponer, como un cristal roto que no se puede arreglar. 

Pero entonces, como caído de la nada esta esa mano.

Una mano amiga que te ayuda a levantarte si te caes. 

Una mano amiga que te ayuda a soportar todas esas cargas. 

Una mano amiga que te seca las lágrimas cuando brotan de tus ojos y resbalan por tus rosadas mejillas. 

Una mano amiga que por mucho que hagas o que digas siempre estará ahí. 

Una mano amiga a la que estrechar con fuerza y no soltar nunca en la vida. 

Se acabó.

Todo esta impreso en papel. 

Escrito sobre hojas de tacto delicado pero con palabras fuertes y miles de sentimientos esperando a se entendidos. 

Me siento bien, pero a la vez siento un poco de melancolía pues este viaje ha terminado...

Ya se que otros comenzarán y sentiré lo mismo que sentí al embarcarme en este relato indescriptible, pero siempre es duro despedirse. 

A todos ellos los llevo dentro de mí, y nunca los olvidaré.

En los peores momentos han estado ahí y han salido a flote como un salvavidas para recordarme que hay algo más después de todo lo malo que pueda pasar. 

Daba igual la hora del día que fuese, ellos estaban ahí...

Y ahora todo a terminado. 

Pero algo me consuela y es que cada vez que habrá el libro ellos estarán ahí. 

Como siempre.

Esperando una luz.

Esperando unas palabras.

Esperando una sonrisa.

Una lágrima.

Esperando a que los lea. 

Al principio sentí miedo
Era algo desconocido, algo que nunca había hecho, todo la vida haciendo el bien por los demás, preocupándome por ellos para terminar así... 


Recuerdo aquellos tiempos en los que me importaba lo que pensaran los demás, aquellos tiempos en que todos los demás eran más importantes que yo, aquellos tiempos en los que mi alma solo valía lo que yo pensara... 
Nada. 


Recuerdo que por un tiempo me sentí feliz, pero de manera que iba pasando el tiempo, cada mentira, cada traición, cada una de las malas palabras fueron rompiendo mi alma...
Fue entonces cuando me dí cuenta de que si la tenía...
Por supuesto que tenía alma y los demás la estaban machacando, la estaban haciendo trizas, se estaban aprovechando de mi buena voluntad...


Pero eso se acabó.


Encontré un nuevo trabajo, en el que me relaciono con todos aquellos que se aprovecharon de mí...
Antes me miraban con burla, ahora con miedo...
Antes se alegraban de verme, pues era su diversión particular, ahora huyen... 


No soy un ángel
Un mensajero... puede... 
Solo diré deja que te dé tu último abrazo
Pues lo que si que soy es la muerte... 

            - ¿Qué te crees que estás haciendo?

            -  Lo que debí hacer hace mucho tiempo. – dijo ella con una voz serie-.

        - ¿Me vas a matar?

       -    Me traicionaste, confié en ti y tú traicionas la confianza que había puesto en ti, intenté demostrarme que en el mundo seguía habiendo personas con buen corazón, pero tú me has demostrado que no es así. – contestó ella sin ningún atisbo de sentimiento en el rostro-.

             -   Lo hice para protegerte. – dijo él con la esperanza de que no lo matase-.

      

            - ¿Protegerme? ¿Descubriendo mi identidad? No veo protección alguna en esa acción… y contestando a tu pregunta, no. No voy a matarte.

      -  ¿Y entonces para que has venido? ¿Para qué me dejas en este estado?  - preguntó él atónito-. 

    

           -   Para que sepas lo que soy capaz de hacer, para que las muertes de todos aquellos a quienes has dicho quien soy pesen sobre tu consciencia… 

La noche es oscura y fría... aunque yo no lo sienta...

El suelo de tierra ensucia mi cara que se despega lentamente mientras me lenvanto sin saber muy bien lo que ha pasado...
No recuerdo mucho, todo es muy borroso, como la niebla que rodea mi cuerpo, lo acaricia pero no siento frío, a decir verdad no siento nada
Ya no.

Camino perdida sin saber que rumbo tomar, hasta que me tropiezo con una piedra, el golpe debería de doler, pero estoy demasiado desorientada como para preocuparme por eso ahora.

De pronto me doy cuenta que no es una piedra cualquiera, sino que se trata de una lápida, decorada con mucha precisión, arcos hechos de piedra, flores de piedra, todo de piedra...

Rodeo esa lápida con curiosidad por saber quien descansa en paz.

Mis ojos atónitos no pueden creer lo que están leyendo, todo da vueltas la noche me envuelve, un cuervo grazna, la luna ilumina mi blanco y suave rostro como si de mármol se tratase, pues bajo la tumba donde mis pies descansan se encuentra mi cuerpo marchito ahora sin vida.

Aun recuerdo tu voz.
Esa voz dulce con la que nos contabas todas esas cosas que habías pasado, esas cosas que ahora daría lo que fuese por oír una vez más...
Recuerdo tu mirada, esos ojos con los que tantas veces me miraste, esos ojos que vieron de todo durante muchos años y más...


Recuerdo tu forma de andar, esa forma de andar que con el tiempo se hizo lenta y arrastrada, pero que aun así me gustaría escuchar una vez más... 


Entiendo que te fuiste
Que llegó la hora y tuviste que marchar
Pero aun así te echo de menos
Echo de menos muchas más cosas de las que la gente se puede imaginar.


Y aunque mis lágrimas caen por mis mejillas porque ya te has ido, se que en realidad una parte de ti seguirá siempre en mí. 
Y llegará un día en el que yo realice el mismo viaje que tu has iniciado ya y nos volvamos a encontrar. 


Siempre te recordaré. 

Aferrarse a cualquier cosa. 

A veces funciona, te aferras a lo primero que te viene a la mente, unas palabras, un recuerdo, lo que sea con tal de mantenerte con vida...

Pero otras veces por más que lo intentas... no funciona.... 

Terminas siendo solo una sombra, un espectro del recuerdo de lo que una vez llegaste a ser, te mantienes en silencio pues no quieres malgastar tus preciadas palabras con gente que no quiere escucharte, con gente que pasa a tu lado y ni se fija que estas ahí. 

El silencio puede llegar a ser tu mejor aliado, pues hay veces que no hacen falta palabras, te pueden decir mucho con un gesto, acto, mirada... 

Pero, ¿qué ocurre cuando tu silencio no expresa nada?

¿qué pasaría si tu mirada fuese fría, inerte, inexpresiva? 

¿qué ocurriría si ahora las sombras son los demás y no tu? 

Eso es, una mirada fría y cruel que ha nacido del rencor, odio, miedo...

¿Todo eso es lo que yo siento? 

No, por supuesto que no.

¿Por qué? 

Porqué no siento. 

Ser fuerte es sonreír cuando uno tiene ganas de llorar.
Hacer que los demás te vean bien cuando por dentro de lo que realmente tienes ganas es de gritar, gritar desesperadamente hasta quedarte sin voz. 


Ser fuerte es seguir adelante a pesar de los contratiempos. 
Hacer que tu mente no piense en nada más que mirar adelante, cuando por dentro lo que deseas es mirar atrás, a situaciones mejores.


Ser fuerte es mantenerte firme ante todo lo que pueda pasar. 
Aunque lo que realmente desees es dejarte caer en un oscuro pozo donde quedarte escondida allí te parece la mejor solución. 


Ser fuerte es levantarte todos los días por la mañana, mirarte al espejo y procurar no romperlo. 

No debería mirar atrás, lo sé. 
Pero es algo que no puedo evitar, pues todo lo que fui en algún tiempo se quedó allí, y hay cosas que me gustaría recuperar. 


Cada vez que te veo, que te oigo, me siento morir, pero debo ser fuerte, aunque solo sea para convencerme a mi misma. 
Me quedé en aquel pozo frío y oscuro.
Por supuesto que intenté salir pero fue un imposible, decidieron por mí que lo mejor era eso, quedarme en la oscuridad, en el silencio, invisible... 






Quizás me llames ciega por vivir en la oscuridad, pero te equivocas.
Tanto tiempo llevo a oscuras que mis ojos han aprendido a ver en ella, a saber cuando tienen que expresar algo o cuando tienen que ser más fríos que las paredes que me rodean.


Tales son las cosas que he tenido que pasar, que el dolor desgarrador que hay dentro de mí ha pasado a formar parte de mi ser... 

Desperté aquí...

Sin recordar a penas lo que me había sucedido...

Solo una tenue luz colgada de la rama de un árbol es capaz de iluminar toda la estancia donde me encuentro...

Un árbol que se burla de mí, un árbol que en cualquier momento puede huir de allí, al contrario que yo. 

Las paredes de fría piedra susurran cosas, susurran la verdad, una verdad que no oigo pero si escucho. 

Por un momento me siento a desesperar, mis ojos empiezan a arder de rabia, asomando unas lágrimas que hace tiempo juré que no volvería a derramar. 

Así que respiro hondo, mis ojos se van calmando pero mi alma es una furia eterna... 

Llamó, a alguien, no se a quien exactamente, pero nada.

Solo mi propio eco es capaz de contestarme y se va alejando cada vez más hasta perderse en la oscuridad de las piedras que me rodean. 

¿Quién sería capaz de hacerme algo así? 

¿Quién me cortaría las alas de esta manera? 

¿Quién disfrutaría viendo como poco a poco me consumo por dentro, como esa luz se consumirá en algún momento? 

Invisible. 
Así es como me siento.


Invisible como las lágrimas inexistentes que resbalan por mis frías mejillas, que buscan un calor que desapareció hace mucho. 


A lo mejor tienen razón y tendría que olvidar, pero ¿sabes qué? 
Se me ha olvidado olvidar. 


Los recuerdos me consumen por dentro, me duelen, me queman, pero al mismo tiempo sacan una sonrisa que de vez en cuando se dibuja en mi triste y duro rostro, esa sonrisa que ya creí ficticia.


No sabes las ganas que tengo de gritar...
Gritar al vacío, llenar este silencio de una vez, aunque sea con unos gritos de desesperanza t dolor. 


Diré una cosa mas...

Solo espero que a tí también se te haya olvidado como olvidarme. 

No pude.

No aguanté. 

Lo intenté.

Pero terminé en el fondo del frío pozo otra vez. 

Por supuesto que pude salir, tenía que hacerlo aunque me dejase el alma en ello. 

Aunque tuviese que dejarme mi alma en esa oscuridad hasta que decidas que es tiempo de que la vuelva a sacar.

Yo no quise esto.

Me obligaste a cambiar, a rehacer todo lo que yo era... 

No... 

En realidad sacaste a la yo que había en mi interior

A mi yo de antes

Un yo más frío, más indiferente, más egoísta... 

Pero pese a todo eso

Sigo echándote de menos...

Y eso nunca cambiará... 

Me costó averiguarlo. 

Tan ciega he estado.

Siempre lo he tenido delante pero miraba sin observar.

Todas las cosas que pudieron ser y no serán. 

Esos silencios incómodos que poco a poco se transformaron en una simple brisa de calma y serenidad...

...al menos para mí... 

Ahora lo veo claro.

Ahí delante di mí estás. 

Solo un simple velo nos separa.

Un velo difícil de atravesar.

Un velo invisible que solo con poner un poco de nuestra parte lo podríamos destrozar. 

La esperanza es lo último que se pierde, pero ¿qué haces cuando ya la has perdido? 

Aferrarte a lo único que te queda... 

¿Qué es lo que te queda? 

Eso amigo mío es el sentido común. 

Me empujaste al vacío.

Yo confiaba en ti y ahora solo nos quedan los recuerdos. 

La gente cambia de parecer, y eso lo entiendo, lo que no entiendo es como se puede echar de tu vida a alguien que cree en ti, a alguien que confió en ti...

Tanto me costó volver a confiar en alguien, tantas patadas me dio la vida... y dirás, pues por una más no pasa nada.

Y si te dijese que esta fue la que acabó conmigo.

Y si te dijese que esta vez es diferente. 

Y si te dijese que esta vez te has quedado con mi alma dejando un vacío en mi interior, imposible de reemplazar. 

Por mucha sangre que mi cuerpo sea capaz de derramar nunca dolerá tanto como el alma que nunca volverá. 

Vacío alrededor. No se oye ni un alma.
Ni siquiera la mía que antes hubiese gritado...
... igual no tarde en hacerlo...


Si hubiese sabido por aquel entonces todo lo que se ahora y he aprendido a la fuerza las cosas sería diferentes, algunas palabras tendrían sentido, mi sonrisa serviría de algo, y mi corazón no se hubiese vuelto a esconder en su corza de hielo como antaño... 


Si hubiese sabido que esa mirada era la última me hubiese pasado horas mirándote. 
Si hubiese sabido que esa era la última sonrisa que te sacaría hubiese estado haciendo todas las tonterías posibles para mantenerla. 
Si hubiese sabido que esas palabras eran las últimas les hubiese dado más importancia de las que se las dí. 
Si hubiese sabido que ese era el último abrazo hubiese conseguido una forma de de detener el tiempo. 


A veces tengo la sensación de que me voy a derrumbar, pero me trago las lágrimas, unas lágrimas amargas que recorren mi interior como un ácido que deshace mi interior como nada lo puede hacer. 


Por mucho que esto parezca una despedida no lo es ni de lejos, yo siempre estaré ahí, siempre esperaré... 
¿Por qué? 

Porque soy idiota. 

Una máscara. 
Debo seguir con la misma máscara, sólo yo soy capaz de soportar mi carga, sólo yo soy capaz de entender lo que siente mi ser, lo que pasa por mi cabeza, lo que mi corazón me dice cuando les recuerdos afloran mi mente. 


Debo ser fuerte, afrontar la mierda de realidad, afrontar que nunca más me sentiré de la misma forma de antes, tengo que vivir con ello, tengo que sobrevivir...


Ojalá no me hubiese afectado tanto, ojalá pudiese seguir con mi vida normal, y no tener cada dos por tres en mi pensamiento ese rostro, esa sonrisa, esa mirada... 


Pero si tanto me afectó fue porque me importó, y de hecho me sigue importando, es algo que no puedo olvidar, debo dar gracias por esta lección pues me ha enseñado un par de cosas y ha dado rienda suelta a mi imaginación. 

Mira el cielo, mira a tus pies, ¿qué es lo que ves? 

Un mundo que te aguarda, un mundo que te ha dejado sin vida, un mundo que te ha dado la patada y tu sigues en él...

Te preguntas el porqué...

Porque ese vacío en tu interior, esa sensación de que te falta algo, una luz por pequeña que sea, una luz que se perdió hace tiempo, solo la oscuridad a tu alrededor es lo que ahora significa algo para ti, te han hecho demasiado daño para volver a atrás... 

La luz de la luna ilumina tu mirada, y le da el brillo que solía tener antes, esa chispa de vida que con una sola nube se vuelve todo oscuro, con la mirada vacía, sin sentido. 

Nunca pensaste que te tocaría vivirlo, que te tocaría sobrevivir a toda esta mierda, a todo este desastre, a toda esta oscuridad...