En eso es en lo que nos hemos convertido, mero entretenimiento para niños y niñas que desean viajar por el mundo de la fantasía en vez de la realidad.
Tan bellas que la mismísima Afrodita nos envidiaría, aún estando siempre en el agua salada nuestra piel es fina y el cabello más fino que la seda. Todo aquel que ose mirarnos a los ojos, tanto hombres como mujeres, corre el riesgo de perder las ganas de vivir, pues no verán nada más bello que nuestros rostros, ni oirán nada más melodioso que nuestra preciada y excitable voz.
Los humanos creen que el mar es suyo, echando su porquería dentro de nuestra casa, solo porque cada uno de ellos piensa que por un poco no pasa nada. Ese poco se va convirtiendo en algo más, hasta que los propios peces no pueden soportar ni su propio hogar.
Pero llegará el día en el que nos alzaremos, llegará el día en que haremos servir nuestras preciosas aletas, para aferrarnos a lo que es justo, limpiaremos el mar de esas criaturas que se hacen llamar humanos, y las cuales presumen de ser de lo mejor sobre el planeta Tierra, en cuando son ellas mismas las que se están destruyendo poco a poco.
Saldremos del mar y paralizaremos el mundo entero, porque nosotras somos así, porque podemos, y porque en verdad no tenemos nada de leyenda...
Somos las mayores guerreras que nunca te podrás encontrar.
Somos las diosas del mar.
En resumen, somos reales.
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