dimecres, 9 d’abril del 2014

Salgo de casa, el Sol reluce en lo alto del cielo despejado, no hay ni una nube ni si quiera un reflejo de que alguna vez haya habido alguna.
No le doy importancia hay días mejores que otros, además he quedado y no me gustaría llegar tarde. 

A cada paso que doy más gente veo en las calles hablando, riendo, jugando... De repente noto frío y humedad en mis pies, los miro para descubrir que no llevo zapatos pues estoy descalza y el suelo es completa y absolutamente blanco.

Un copo de nieve cae sobre mi nariz y levantó la mirada dejando que el copo se derrita, al parecer a nadie le resulta extraño que una parte de la calle esté llena de nieve y la otra esté seca y cubierta de flores. 

Mi cabeza quiere averiguar que pasa, algo me dice que esto no es normal que aquí ocurre algo... pero todas las preocupaciones se me van de la cabeza al ver a mis amigos esperar para ir a tomar algo. 
no me doy cuenta del tiempo que pasa cuando estoy con ellos, pero de lo que su me doy cuenta es de que cada vez hace más calor. Mucha más calor.
Es entonces cuando uno de ellos dice que ha llegado la hora, yo pregunto:

- ¿La hora de qué?
- Esto se ha acabado. - contesta otro-.

Lo niego, esto no puede acabarse así, aún no, me quedan muchas cosas por hacer... mis ojos se humedecen mientras las calles se van pintando de un naranja cada vez más intenso, la piel  que queda al descubierto empieza a calentarse y mi corazón se acelera, uno de ellos me coge la mano mirándome a los ojos haciéndome comprender sin decir una palabra que por mucho que lo niegue el final se acerca y que es mejor desaparecer juntos. 

Con las manos cogidas y nuestra piel cada vez a más temperatura empezamos a andar alejándonos del Sol, alejándonos de nosotros mismos yendo hacia nuestro destino, hacia la muerte que nos llama y recibe con los brazos abiertos. 

Un estruendo se oye a nuestras espaldas acompañado de los gritos de la gente, empezamos a correr sin soltarnos las manos, notando como el suelo a nuestros pies se desvanece, la temperatura sube a cada segundo que pasa hasta que noto como si me agarrasen las piernas, una sensación extraña a la par que horrible envuelve todo mi cuerpo, la oscuridad se apodera de mí, una oscuridad absoluta...

Y de repente... silencio...
Un silencio que no había oído nunca.
Así que esto es la muerte. 

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