dimecres, 23 de juliol del 2014

Ese momento en el que sabes lo que puede pasar pero ninguno de los dos hace nada para llevarlo a cabo, se cruzan miradas de complicidad, sonrisas escondidas en la comisura de los labios que indican que saben lo que están pensando...

Caricias tímidas en la mejilla, cerrando los ojos para sentirlas mejor, no hay nada mejor en el mundo que sentir el tacto de esa mano tan suave y áspera a la vez que hace que tu cuerpo se estremezca, es increíble lo mucho que puedes llegar a sentir con un gesto como ese, con una mirada que aunque a veces parezca vacía sabes que cuando te mira hay todo un mundo dentro de ella.
Un mundo que solo pertenece a los dos, un mundo de recuerdos, sonrisas perfectas y conversaciones hasta altas horas de la noche, ver el amanecer a través de la ventana saber que es hora de marcharse y querer alargar la noche todo lo que se pueda agachando la persiana de la habitación.

No creyeron sentir nada así, la cosa no iba por ahí, pero se les ha ido tanto de las manos que parte de su pensamiento es para el otro, por más que se lo intenten negar en su interior hay algo que cada vez se hace más grande, algo que cada vez es más difícil de ignorar.

Es un sentimiento que da miedo, pero que a la vez excita tanto que no pueden evitar volver a caer en la tentación, una tentación tan grande que solamente con cruzarse sus miradas saben que la vida del uno sin otro no podría ser concebible...

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada