dimecres, 6 de març del 2013

Mucho tiempo a pasado desde que me echaron de mis tierras, fue un día como cualquier otro aquel en que los prados verdes de mi pueblo se tornaron ceniza, las casas danzaban al mismo son que las llamas que poco a poco las consumían...

Todo estaba inmerso en un completo caos, la gente corría, gritaba... moría...
Yo apenas tenía los diez años, mi madre me llevaba de la mano intentando encontrar un sitio donde escondernos, pero no, nunca lo llegamos a ver, pues un hombre de complexiones robustas y fuertes me separó de mi madre...
A ella se la llevaron, yo intenté llegar hasta ella, pero me agarraron por detrás, y sin pensarlo mordí la mano que me cogía arrancándole un dedo, me soltó y eché a correr sin mirar atrás...

Cuando al fin me adentré en los árboles, donde nadie me podría encontrar, ya que era mi lugar favorito para jugar y me conocía todos los rincones de aquel, aun verde, bosque. Miré la columna de humo que dejaba atrás todo mi pasado, todo lo que había sido...
Escupí el dedo de aquel hombre que aun tenía en la boca, me sabía a sangre, y en aquel momento me juré a mi misma que, aunque no sabía como, me vengaría por lo que habían hecho.

Me costó acostumbrarme a la soledad pero con tanto entrenamiento y mi objetivo fijado, los años pasaron sin casi ni darme cuenta, me confeccioné mi propia ropa de cuero e incluso un casco hecho con huesos...

Ahora a mis 21 años estoy lista...
Preparada...
y aunque me vaya la vida en ello...
encontraré mi venganza

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